La defensa de la Amazonía dominó la Cumbre de Países Amazónicos, celebrada entre el 18 y el 22 de agosto en la capital colombiana. Brasil aprovechó la reunión para reforzar la necesidad de ampliar los recursos destinados al Fondo para los Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), una iniciativa creada en 2023 y que se lanzará oficialmente en la COP30, en Belém, en noviembre.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva exigió una mayor gobernanza global y alertó sobre el riesgo de que los compromisos medioambientales no se lleven a la práctica. “En cada COP se toman decisiones que después no se aplican. Algunos países hacen un gran esfuerzo por cumplir lo pactado en la defensa del medio ambiente, pero a otros no les importa. Necesitamos de una gobernanza mundial para proteger a la Amazonía y para tener más recursos para el TFFF”, afirmó.
El fondo pretende crear incentivos económicos para reducir la presión sobre los biomas tropicales. Los países que logren mantener la tasa de deforestación cercana a cero recibirán pagos por hectárea preservada. Los que no alcancen los objetivos tendrán que contribuir financieramente al mecanismo.
Este mecanismo innovador, que proporciona pagos a gran escala, es la gran oportunidad – en palabras de Lula – de que el globo norte y el sur trabajen de manera conjunta para mantener los bosques en pie y así reducir la deforestación en diferentes zonas del mundo, entre ellas la Amazonía.
La Declaración de Bogotá fue adoptada por el ocho países que integran la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA). El texto reafirma el compromiso regional de apoyar el lanzamiento del TFFF en la COP30 y reconoce el mecanismo como una alternativa innovadora para financiar la conservación forestal a largo plazo.
Para Martín von Hildebrand, secretario general de la OTCA, el reto es urgente: “La gran selva tropical debería estar capturando el exceso de CO2 en la atmósfera. Lastimosamente, la sabanización ha generado que haga todo lo contrario. Si no mantenemos nuestros bosques llegaremos al punto de no retorno antes de lo previsto”.
Recordemos que el mundo cuenta con 1.200 millones de hectáreas de bosques tropicales repartidas entre la Amazonía, la cuenca del Congo y el Sudeste Asiático, ecosistemas que están siendo afectados por la deforestación sin control. De ahí la idea principal del TFFF: crear incentivos económicos para los países que logren mantener la deforestación cero. Es decir: el país que conserve sus bosques recibirá un pago por hectárea conservada, mientras que quien no pueda cumplir con la labor deberá aportar al fondo una suma determinada.
Para que los países se puedan unir al TFFF deben tener una tasa anual de deforestación no superior al 0,5% de la superficie forestal total y, por supuesto, mostrar cifras que evidencien una tendencia a la baja con relación al año anterior de la solicitud de ingreso.
No olvides seguir nuestras redes sociales:
X: @OTCAnews
IG: @otca.oficial