Especialistas se reunieron para debatir sobre los desafíos en el fortalecimiento de las cadenas de valor de la socio biodiversidad
La Región Amazónica tiene un enorme potencial para contribuir a una bioeconomía justa y que incluya a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMEs). La Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), como miembro del I Foro Virtual sobre el Potencial de los Productos Forestales No Maderables para la Bioeconomía de América Latina y el Caribe- BioForestALC, en el marco del Observatorio Regional Amazónico (ORA) ha estado implementando una serie de acciones para promover el desarrollo de la bioeconomía en la región y adquirir más conocimiento al respecto. Entre las actividades que se llevan a cabo se encuentran mesas de diálogo con especialistas en flora y fauna de la región y el desarrollo de una ventana de información regional sobre MIPYMES, con énfasis en especies de la CITES.
Durante el evento BioForestALC que fuera realizado, virtualmente, del 23 al 26 de mayo, la OTCA puso a disposición la Plataforma Regional de Intercambio de Información y Conocimientos sobre Bosques y Conservación de la Biodiversidad para la identificación de experiencias sobre bioeconomía con productos bosques no madereros (PFNM). Sobre el particular, se registraron 20 experiencias de las cuales 12 en Brasil, seis en Ecuador y dos en Suriname.
La sistematización de experiencias en bioeconomía colaborará con BioForestALC en el logro de su objetivo de identificar y formular iniciativas conjuntas para fortalecer la bioeconomía en América Latina y el Caribe a partir del desarrollo de las cadenas de valor de productos forestales no madereros.
BioForestALC
El I Foro Virtual sobre el Potencial de Productos Forestales No Madereros para una Bioeconomía en América Latina y el Caribe fue realizado por el Servicio Forestal Brasileño, con el apoyo de otras instituciones, entre ellas, el Centro de Investigación y Enseñanza Agrícola Tropical (CATIE), la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), el Instituto de Investigación Ecológica (IPÊ), la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestales (IUFRO), la Universidad de Brasilia (UnB), y la OTCA. En los cuatro días del vento participaron más de 200 personas que representaban más de cien instituciones de 13 países diferentes con interés en la agenda de bioeconomía, entre las cuales, instituciones públicas y privadas; de enseñanza e investigación; asociaciones de productores; miembros de organizaciones no gubernamentales; agencias de desarrollo nacionales e internacionales; etc.
En la sesión de apertura, el director del SFB, Pedro Alves Corrêa Neto, destacó la importancia de la cooperación existente entre las instituciones lo que contribuyó a la realización del evento. Ya, Guy Capdeville, Director de PD&I de Embrapa destacó el papel fundamental de la OTCA en la articulación y asociación con los países que comparten el bioma para explorar potenciales de cooperación tecnológica.
La Secretaria General, Alexandra Moreira, resaltó el potencial de la Amazonia y la actuación de la OTCA en la región. “Para nosotros es importante trabajar en estos espacios con instituciones que promuevan el uso sostenible de la biodiversidad. La Amazonia representa más del 40% del territorio de América del Sur y alberga no sólo una gran biodiversidad, alberga también la mayor selva tropical del mundo. Esto nos obliga a trabajar comprometidos en la lucha contra el cambio climático y la degradación, valorizando la biodiversidad”, afirmó.
En el panel “La bioeconomía de la selva en la promoción del desarrollo humano de América Latina y el Caribe” los especialistas Thais Juvenal, representando a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); Ricardo Abramovay, de la Universidad de São Paulo (USP); y Joaquim Belo, del Consejo Nacional de las Poblaciones Extractivas (CNS), debatieron sobre las oportunidades y desafíos para la bioeconomía y sobre la importancia del respeto a los derechos e inclusión de los pueblos de la selva como protagonistas de la bioeconomía.
Thais Juvenal, economista enfocada en gobernanza socioambiental y finanzas, presentó la publicación de la FAO “The State of the World’s Forests (SOFO) 2022”, y destacó los tres caminos principales: la necesidad de poner fin a la pérdida de la cobertura forestal y la conservación de los servicios ambientales; la restauración de bosques y paisajes; la agroforestación y el uso sostenible de los bosques; y la bioeconomía.
“No hay estadísticas globales para productos forestales no madereros debido a la informalidad, a los circuitos de mercados incompletos, y la denominación y contabilidad heterogénea, ya que, frecuentemente, estos productos están juntos a los productos agropecuarios u otras industrias. Sin estadísticas es difícil planificar inversiones”, afirmó Juvenal.
Ricardo Abramovay, docente del departamento de economía de la USP, destacó que, en términos de la bioeconomía, las selvas tropicales y, particularmente, la Amazonia no están incluidas en la literatura científica ni en la frontera tecnológica.
“Es muy preocupante que la Amazonía está completamente ausente en este cuadro. La explicación sobre la paradoja de que la biodiversidad más rica del mundo está lejos de la frontera científica y tecnológica de la bioeconomía es clara y fue definida por la profesora Bertha Becker hace algunos años: “Practicamos una economía de la destrucción de la naturaleza, sobre todo en la Amazonia. Necesitamos una economía del conocimiento y no de la destrucción del medio ambiente, porque la economía de la destrucción no ha propiciado el desarrollo.”
Hoy la Amazonia brasileña tiene los peores indicadores de Brasil. No se puede hablar de bioeconomía o de economía de la sociobiodiversidad, sin respetar los derechos de las poblaciones que viven en los bosques”, comentó Abramovay.
El representante del Consejo Nacional de las Poblaciones Extractivas (CNS), Joaquim Belo, comentó que la bioeconomía siempre existió “pues la riqueza de la Amazonia construyó la riqueza de mucha gente. El bosque es nuestra gran infraestructura verde y nuestro gran desafío es la lucha por el derecho al uso colectivo de la tierra para garantizar los medios de producción. Esto desencadenó un gran debate, y fue difícil entender la importancia de los pueblos en la conservación de la biodiversidad y del bosque.
El punto de partida de la discusión tiene que ser los territorios, sus vivencias, sus tradiciones, su modo de ser”, afirmó Belo.
Libro
En el cierre del primer día el Servicio Forestal Brasileño lanzó la segunda edición del libro Bioeconomia da Floresta: A Conjuntura da Produção Florestal Não Madeireira no Brasil, disponible aquí.
En el segundo día, los participantes del BioForestALC trabajaron en grupos compartiendo sus experiencias en el área de bioeconomía y discutiendo sobre los desafíos y las oportunidades que se presentan. Los temas de los GTs fueron capacitación, entrenamiento y asistencia técnica; comercialización, mercados y cadenas de valor: productos forestales no madereros y restauración, entre otros.
Lineamientos
En el último día del foro (26/05) fueron presentados lineamientos, entre los que se destacan:
- Propuesta de creación de Red BioForestALC,
- Segunda llamada para compartir experiencias en la plataforma PRIC de la OTCA,
- Publicación de un documento con los resultados del BioForestALC 2022, que tentativamente, incluirá, entre otros, los siguientes capítulos:
- La Bioeconomía de los Bosques en América Latina y el Caribe, con presentación de datos oficiales
- Premisas para el Desarrollo de la Bioeconomía Forestal en América Latina y el Caribe
- Propuestas para el Desarrollo de la Bioeconomía
Publicado en el Boletín Bioamazonía, edición n. 15, mayo-junio de 2022. ==================================================================