Bogotá, 20 de agosto de 2025 (@OCTAnews) – La cuenca amazónica es el mayor sistema de agua dulce del mundo. Por eso, la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) sigue redoblando esfuerzos para que la protección de estos recursos hídricos sea una prioridad a través de programas e iniciativas que ayuden a protegerlos.
Solo para tener una idea: la cuenca amazónica es la cuenca con mayor diversidad biológica del planeta, cubriendo cerca de 6.1118.00 km², es decir, más de seis veces la superficie de Nueva York.
Este miércoles, en el marco de la Cumbre de Países Amazónicos que tiene lugar en Bogotá, Colombia, expertos, académicos y representantes de la sociedad civil se reunieron para hablar de los monitoreos que se realizan actualmente de los recursos hídricos de la Amazonía y cómo su protección es indispensable para la subsistencia integral del ecosistema.
“Fue una discusión bastante provechosa en la que hablamos de la importancia de incorporar indicadores locales sobre el buen funcionamiento del ecosistema y del ciclo hidrológico. Para eso necesitamos que exista una coordinación transfronteriza y más espacios como este en el que se reitere el compromiso no solo de los gobiernos que integran la OTCA, sino de los pueblos ancestrales que habitan la región”, aseguró Fernando Cisneros, consultor técnico del proyecto de implementación del Programa de Acciones Estratégicas (PAE) de la OTCA.
Pero, ¿qué es el PAE y cómo funciona? Es una iniciativa regional para la gestión integrada de los recursos hídricos en la Cuenca Amazónica, creado para promover el uso sostenible del agua, como un recurso estratégico, y proporcionar respuestas colectivas a la rápida degradación del agua, la tierra y la biodiversidad, además de capacitaciones para que las poblaciones que habitan las cuencas se adapten a la variabilidad climática y los problemas que esta pueda generar.
“Además del PAE tenemos la Red Amazónica de Autoridades del Agua (RADA), espacio de participación y coordinación para ampliar ese intercambio de información y así tener una mejor planificación. El apoyo mutuo es clave a la hora de hacer gestiones para que las entidades públicas de cada país adopten políticas que establezcan lineamientos del uso adecuado de los recursos hídricos”, agregó Cisneros.
Otra de las reflexiones que salió del conversatorio fue la de pensar en la conservación de la Cuenca Amazónica como un todo interconectado, y dependiente, entre lo ecológico, lo socio cultural y lo institucional. En otras palabras: la ciencia tradicional, la ciudadanía y los Estados trabajando conjuntamente para fortalecer la gobernanza de la Cuenca Amazónica.
“Hubo planteamientos interesantes desde lo territorial, lo nacional y lo transfronterizo, ideas que nos servirán para tener un nuevo panorama y seguir aunando esfuerzos hacia esta gran meta que todos tenemos que es la de proteger los recursos hídricos de la Amazonía”, concluyó Cisneros.
Recordemos que la selva y sus ríos se deben proteger desde una perspectiva integral y articulada tal cual funciona la conectividad del mismo ecosistema. Y, por supuesto, con el apoyo de los pueblos indígenas, la sociedad civil, la comunidad científica y los Estados.
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